La idea de familia para hablar sobre la cohesión de un equipo.
"Cuando toca ser más familia que nunca"
En el mundo laboral, es muy común apelar a la idea de familia para hablar sobre la cohesión de un equipo. Es una idea eficaz porque todos la sentimos cercana y porque, más allá de cualquier disfuncionalidad, la palabra en sí misma tiene un sentido enormemente positivo. Sin embargo, al margen del uso figurativo, hay ocasiones en que ese equipo puede terminar realmente actuando o no como una familia: ante la enfermedad propia o de un ser querido, ante una pérdida u otra situación grave que a cualquiera le puede tocar atravesar. Son circunstancias en las que el trabajo suele volverse un refugio, donde pasamos muchas de las horas en que también vamos aprendiendo a lidiar con el dolor o con una preocupación.
De pronto, a alguien que nos resultaba prácticamente desconocido lo empezamos a sentir muy próximos porque muestra una gran empatía. A otros les resulta más difícil acercarse, se sienten incómodos. Es sano no juzgar esas respuestas: cada uno lleva su propia historia a cuestas y la mentada empatía necesita de aprendizaje y entrenamiento.
Como siempre, la clave es la paciencia. Para quien está sufriendo, el mundo se mueve a otro ritmo. Poder respetar ese ritmo sin dejar de avanzar es el desafío de ese equipo que se vuelve más familia que nunca para acompañar en esos momentos en lo que la humanidad se expone como nunca y todos tenemos la oportunidad de tomar conciencia sobre lo que realmente importa.
¿Te tocó alguna vez vivir una situación así? ¿Cómo la abordaron en tu equipo? ¿Conocés compañías en que tengan estrategias para acompañar a quienes se enfrentan a una situación personal dolorosa?
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